En la ciudad de Woluve (Bélgica) necesitaban dos pistas de pádel cubiertas con unas características concretas. Necesitaban que la cubierta evitara el deslumbramiento de sus jugadores, por lo que se diseñó un pabellón de lona presurizada con un faldón lateral que bloqueaba los destellos de luz. También incluía laterales abatibles para poder facilitar la ventilación de las pistas; el presurizado otorga a la estructura mayor resistencia ante grandes cargas de nieve.